Dando el Primer Paso

Seis maneras de (No) suicidarse en innovación

Anonymous

Durante el proceso de desarrollo del método 2inno descubrimos el “Viaje de la innovación” propuesto por Gijs van Wulfen, y nos gustaría compartir sus ideas contigo:

"Cuando se empieza a innovar, una gran cantidad de errores repetidos se cometen una y otra vez. Aquí explicamos cómo puedes reconocerlos y evitarlos.”

 

1. Comenzar sin haber detectado una necesidad en la empresa.  Piensa en la última vez que intentaste llevar a cabo un cambio drástico en tu comportamiento personal. Pues como innovadores, nos enfrentamos con las mismas dificultades. Estamos estancados en nuestros hábitos, haciendo las cosas de acuerdo a patrones fijados. Durante años, hemos estado leyendo los mismos periódicos, conduciendo los mismos automóviles, y teniendo el mismo seguro. La única razón para que cambiemos es cuando llega una nueva solución, sencilla y atractiva, que se adapta a nuestras necesidades. Tan simple como eso. Por tanto, si tu empresa está en auge, es bastante poco probable que la gente que trabaja en ella esté dispuesta a cambiar sus hábitos. Recuerda: la necesidad es la madre de la invención. El Tratado de Tordesillas de 1494 concedió a Portugal derechos exclusivos de las rutas orientales que pasaron alrededor de África. Así, la Corona Española sintió que tenía una necesidad urgente de viajar al oeste para encontrar una nueva ruta comercial a las Islas de las Especias, por eso, en marzo de 1518 el Rey de España encomendó a Magallanes y Faleiro esta misión. Así pues, no trates de convencer a otros de innovar si no existe la necesidad, serás rechazado.

 

  

2. Designar a un innovador desde el principio. De acuerdo, necesitamos innovar, pero… ¿a quién ponemos al cargo? Muchas empresas nombrarán al trabajador más innovador como responsable de la innovación, lo cual parece la decisión más inteligente, pero no lo es, ya que puede acabar solo, porque innovar e inventar son dos cosas muy diferentes. Uno puede inventar solo, ¡pero en una empresa no se puede innovar solo! Se necesitan ingenieros de I+D, directores de producción, personal de TI, personal financiero, vendedores, desarrolladores de producto/servicio y personal que ponga dicho producto o servicio en el mercado. En el momento en que nombras a un innovador, corres el riesgo de que todos los demás trabajadores se queden esperando a que el innovador llegue con sus innovaciones, y no asumirán sus responsabilidades al respecto. 

 

 

3. Comenzar con tu idea. La innovación no trata únicamente de ideas; trata de elegir las ideas adecuadas y de ponerlas en práctica. El símbolo global de la innovación es una bombilla encendida. Una vez que tienes una idea, probablemente te enamorarás de ella, lo cual es un hermoso sentimiento, pero, por desgracia, el amor es ciego. El fenómeno psicológico de percepción selectiva hará que únicamente veas los puntos positivos de la idea, y que escuches únicamente a las personas que te apoyan. ¿Qué pasa cuando le cuentas tu idea a otra persona? La primera reacción a menudo es “Sí, pero……”. Otras personas serán críticas con tu idea desde el momento en que se la cuentas. Una razón importante para ello es que es TU idea, y no la suya.

 

 

4. Apostar por una idea. Por cada siete ideas para un nuevo producto, unas cuatro comienzan a desarrollarse, entre una y dos se ponen en marcha, y únicamente una tiene éxito [R. Cooper (2005), Product Leadership. New York: Basic Books]. Se asemeja a los resultados de la expedición de Magallanes; el 20 de septiembre de 1519 cinco naves salieron de España bajo su mandato para descubrir una ruta hacia el oeste. Tres años después, sólo uno de los barcos volvió al puerto de salida, completando la primera circunnavegación de la Tierra. Sin embargo, las especias que traía eran tan valiosas que fue suficiente para pagar toda la expedición. Así pues, nunca apuestes a una única nave; hay un riesgo muy grande de que no regrese.

 

 

5. Comenzar con una sesión de brainstorming. Cuando existe la necesidad de “inventar” algo nuevo, la gente suele comenzar organizando una sesión de brainstorming. Irónicamente, muchas veces no llega a materializarse nada innovador. Por eso, el brainstorming tiene ciertas connotaciones negativas en muchas empresas.  Esto es así porque normalmente se trata del mismo grupo de colegas que normalmente se reúnen sin preparación previa para una “tormenta de ideas”. Puedes pensar que el problema es su incapacidad para generar nuevas ideas, pero te equivocarías: ¡el problema es su incapacidad para dejar de lado las viejas! Citando al empresario estadounidense Dee Hock: “El problema no es cómo introducir nuevos e innovadores pensamientos en tu cabeza, sino como deshacerse de los viejos. Cada mente es un edificio lleno de muebles viejos; despeja un rincón de tu mente y la creatividad se instalará allí al instante. Una vez que las viejas ideas abandonan tu mente, ¡las nuevas entran automáticamente!”

 

 

6. Comenzar desatendiendo a los clientes. Las nuevas ideas y las nuevas tecnologías proporcionan mucha energía e inspiración, y además es divertido. Pero la innovación efectiva trata más bien de obtener nuevas ideas para soluciones sencillas dirigidas a problemas o necesidades relevantes de los clientes. Conocer a los clientes potenciales para descubrir sus problemas pertenece a un conjunto de técnicas altamente efectivas para la generación de nuevas ideas de producto, como confirmaron Robert Cooper y Scott Edgett en su estudio sobre las técnicas de generación de ideas [R. Cooper & S. Edgett (March 2008), “Ideation for Product Innovation: What are the Best Methods?” PDMA Visions]. No vayas en busca de lo que “quieren” los clientes, ya que ellos, muchas veces, no son capaces de expresar sus necesidades; más bien explora los posibles problemas futuros que tendrán dichos clientes. Si no, pronto te darás cuenta de que descuidar a los clientes en tu proceso de innovación te conducirá a un callejón sin salida con toda seguridad.”

 

 

Lee el artículo entero aquí (en inglés):

http://www.innovationexcellence.com/blog/2013/08/02/six-ways-not-to-commit-innovation-suicide/